Aparato reproductor femenino
La
información genética que trasmite la madre a su hijo está contenida en el gameto femenino u óvulo. La producción de esta célula
reproductiva pone en funcionamiento una serie de órganos sexuales que conforman
el sistema reproductor femenino.
Los órganos
sexuales se clasifican en internos y externos:
Los órganos internos están constituidos por:
Ovarios.
Son dos
órganos del tamaño de una almendra que se ubican en la cavidad abdominal de la
mujer. Su función es producir un óvulo cada 28 días aproximadamente. Están
situados dentro del cuerpo, en la región de la pelvis, uno a cada lado
del útero.
Los ovarios
producen y liberan unas hormonas denominadas estrógenos y progesterona.
Los estrógenos,
producidos desde la pubertad, determinan cambios tales como: hombros angostos,
voz aguda, caderas anchas, etc. Estos cambios son las características sexuales secundarias de la mujer.
La progesterona, hormona que tiene como
función aumentar la cantidad de vasos sanguíneos del endometrio uterino. Cuando
se libera el óvulo, una vez que ha sido fecundado, las paredes del útero están
capacitadas para recibirlo y alojarlo durante su proceso de posterior
desarrollo.
Trompas de Falopio.
Forman
un arco cerca del ovario son pequeños tubos que entran en el útero (uno
derecho y otro izquierdo). Son dos conductos que se originan cerca de cada
ovario y que se extienden hasta el útero. La función de las trompas, también
llamadas oviductos, es conducir el óvulo desde el ovario hasta el útero. La
fecundación ocurre en las trompas de Falopio.
Útero.
Es un órgano
musculoso y hueco del tamaño y forma de una pera invertida, y está ubicado en
la parte inferior del vientre.
Lo conforman
tres capas: una interna o endometrio, que cada mes se enriquece con una
cantidad extra de vasos sanguíneos necesarios para la nutrición del nuevo ser;
otra intermedia formada por músculos lisos; y la capa externa constituida por
tejido elástico. El útero o matriz, es una cavidad que tiene cinco centímetros
de longitud.
Es muscular,
tiene un enorme poder de crecimiento y de contracción, pues es capaz de sacar
un feto al exterior, en el momento del parto.
Vagina.
Es un tubo
muscular elástico que comunica el útero con el exterior. Se ubica en la pelvis
menor, entre la uretra y el recto. Termina en un orificio alrededor del
cual hay unos repliegues de la piel llamados labios mayores. Es un conducto que
une a la vulva externa con los órganos sexuales internos. Estos se
encuentran dentro de la cabida abdominal que esta situada entre los huesos de
la cadera (pelvis).
Los órganos externos están formados por:
Vulva
La vulva se
puede observar al separar los muslos de la mujer. Esta rodeada de dos dobleces
de piel: uno exterior, los labios mayores y uno exterior los labios menores. En
la mujer púber los labios mayores tienen pelos. Clítoris
Pequeño
órgano parecido al pene. Está provisto de terminaciones nerviosas y puede
entrar en erección.
Meato
Por debajo
del clítoris se encuentra el meato urinario, que es el orificio de la porción
final de las vías urinaria. Es el lugar donde se emite la orina al exterior.
Himen
Por la
abertura de la vagina, y situado entre la entrada de ésta y el vestíbulo de
ella, se encuentra en la mujer virgen una membrana no perforada
llamada himen. El himen es una delgada membrana que se extiende por la
abertura de la vagina.
Esta
membrana tiene una o más abertura por las cuales sale el flujo menstrual y la
tradición dice que en el momento de la primera penetración del órgano
masculino, dicha membrana se rompe, haciendo que sangre un poco, por lo tanto
era considerado una prueba de virginidad.
Actualmente
se sabe que no necesariamente esta membrana se rompe en la primera relación
sexual ya que puede haber membranas más elásticas que otras y además puede ser
rota por otras circunstancias: utilización de tampones del diámetro no adecuado
a los orificios del himen, etc.
En el sistema
reproductor femenino ocurren una serie de cambios que se repiten
aproximadamente cada 28 días. Las modificaciones que experimentan el útero y
los ovarios constituyen el ciclo
menstrual femenino.
En este
ciclo de producción del gameto femenino y las hormonas sexuales femeninas se distinguen dos
fases: la maduración del óvulo y secreción de estrógenos, y la ovulación y
secreción de progesterona.
1. Maduración del óvulo y secreción de estrógenos
Esta fase
comprende la primera mitad del ciclo, es decir dura 14 días aproximadamente.
Los acontecimientos que ocurren en esta fase determinan que madure un óvulo en
uno de los dos ovarios, el cual será liberado aproximadamente el día 14. Este
óvulo está rodeado por células que lo nutren y protegen formando un folículo.
Paralelamente,
el ovario produce y segrega estrógenos, que
comenzarán a engrosar el endometrio del útero. Las paredes del útero tendrán
así la capacidad de recibir al óvulo para su posterior desarrollo, en el caso
de que sea fecundado.
La
maduración del gameto femenino y la producción de estrógenos en los ovarios
está regulada por la hormona folículo
estimulante, que se origina en la adenohipófisis.
2. Ovulación y secreción de progesterona
El día 14,
aproximadamente, el gameto femenino u óvulo está en condiciones de ser liberado
desde el ovario.
Ovulación:
Es el proceso de liberación del óvulo maduro
desde el ovario.
Luego de la
ovulación, el folículo se transforma en una estructura del ovario llamada cuerpo lúteo, que comenzará a
producir la hormona progesterona, la cual continuará los cambios iniciados por
los estrógenos en el endometrio uterino.
El óvulo
liberado ingresa a una de las trompas de Falopio para dirigirse hacia el útero.
Si el óvulo es fecundado, se formará el cigoto, que se implantará en el
endometrio uterino y comenzará su desarrollo. De lo contrario, el endometrio,
con todos los vasos sanguíneos que han aumentado en cantidad y tamaño, se
desintegrará produciéndose la menstruación.
Menstruación:
Es el flujo sanguíneo liberado al exterior a través de la vagina y que
contiene restos del endometrio, vasos sanguíneos y el óvulo no fecundado.
La
menstruación es un proceso natural durante el cual la mujer debe procurar
realizar todas sus actividades habituales. Suele durar de tres a cinco días. El
primer día de la menstruación es el primer día del ciclo menstrual femenino.
CARACTERÍSTICAS SEXUALES SECUNDARIAS DE LA MUJER.
La acción
hormonal provoca algunos cambios notorios en el cuerpo de la mujer joven. Estos
son:
Transformación de la estructura del esqueleto. En la niña, los cambios
comienzan unos dos años antes que en el hombre, es decir, alrededor de los 11
años. En ella se produce un aumento importante de la estatura, debido al
crecimiento de los huesos y un ensanchamiento de las caderas. Esta última
transformación es importante para la función reproductora, pues estos huesos
sostendrán al feto dentro del vientre materno.
Junto con la
nueva contextura de las caderas y de la pelvis se forma la cintura, que le
otorga finura a la silueta femenina.
Desarrollo de las glándulas mamarias. El desarrollo de las
glándulas mamarias o mamas se debe a la acción de los estrógenos. Están
formadas por tejido adiposo, y por otro tejido especializado en la producción
de leche, la cual se forma con las sustancias nutritivas de la dieta
alimenticia, junto con el efecto de una hormona llamada prolactina que se
activa después del parto.
Un conjunto
de músculos presentes en el tórax son los encargados de sostener el peso de las
mamas con el fin de mantenerlas en su lugar. Es recomendable realizar ciertas
rutinas de ejercicios para vigorizar estos músculos.
Cambios en la piel y en la distribución del vello. Como en el varón, la acción
de las hormonas sexuales provoca cambios en la textura de la piel de la mujer.
Ésta se vuelve más lisa y aparecen las molestas "espinillas" por el
aumento en la actividad de las glándulas sebáceas. Las alteraciones cutáneas
desaparecen con el tiempo. Además, aparecen vellos, principalmente en la
zona púbica y axilar.
Aparato Reproductor Masculino.
En la
especie humana, el hombre produce los gametos masculinos o espermatozoides. Estas
células trasmiten al nuevo ser la información genética aportada por el padre.
Las
estructuras más importantes del sistema reproductor masculino son los testículos, el epidídimo, los conductos
deferentes, la uretra, las vesículas seminales, la próstata y el pene.
Testículos.
Son dos
órganos cuya función es la producción de espermatozoides. Se encuentran
suspendidos en un saco externo formado por la piel, denominado escroto. La función del escroto
es mantener a los testículos en un medio más frío que el del interior de la
cavidad abdominal. Para que los espermatozoides se produzcan normalmente
se requiere de una temperatura 30°C menor que la temperatura corporal (37°C).
En el
interior de los testículos existen unos 250 lóbulos o compartimentos, que contienen unos delgados tubos
muy enrollados y apretados llamados túbulos seminíferos. Cada túbulo seminífero tiene un diámetro
extremadamente pequeño y mide aproximadamente unos 80 centímetros de
longitud. Son las estructuras específicas en que se producen los
espermatozoides dentro del testículo.
Funcionamiento de los testículos. En el interior de los testículos y
más exactamente en los túbulos seminíferos, se produce lahormona testosterona. (Ver: Hormonas sexuales) Esta hormona determina las
denominadas características
sexuales secundarias, y que son:
Crecimiento de la estructura del esqueleto. Es común observar en los varones,
alrededor de los 12 años, un aumento importante de su estatura. Esto se
debe al crecimiento de los huesos por el aumento del tejido óseo que provocan
la acción de la hormona del crecimiento o somatotrofina y la testosterona. Se produce también un ensanchamiento de
los hombros que dan la apariencia de un cuerpo más robusto que el de la mujer.
Los huesos
del cráneo también crecen y provocan el crecimiento de la nariz, de la mandíbula
y de la frente; la cara, en su conjunto, se ve más alargada en comparación con
la redondeada que tenía el niño.
Desarrollo de la musculatura. El varón experimenta un aumento
importante de su volumen corporal, debido al desarrollo de los músculos, más
notorio en la zona pectoral y abdominal, en los bíceps y en las piernas.
Cambios en el tono de la voz. La voz cambia de un tono agudo a
otro más grave, por la maduración de la laringe y de las cuerdas vocales. En
este período de cambio, es frecuente que aparezcan los conocidos
"gallitos", porque el tono de la voz sube y baja involuntariamente
mientras se está hablando. El desarrollo de la laringe es más notorio en los
hombres porque se produce además un abultamiento en la zona delantera del
cuello, que da origen a la llamada, comúnmente, "manzana de Adán",
tan característica en los varones.
Cambios en la piel y en la distribución del vello.La piel del adolescente varón va
engrosando, aumenta la actividad de las glándulas sebáceas y, como
consecuencia, aparecen las llamadas "espinillas" y el
característico acné juvenil. Estas erupciones desaparecerán
cuando el cuerpo se adapte a los cambios hormonales, originados por una mayor
producción de testosterona. Aparece también abundante vellosidad en zonas
del cuerpo del varón donde antes no existía: el vello facial (bigote y barba)
que da la oportunidad de comenzar a afeitarse; vello en el resto del cuerpo,
especialmente en las piernas, región pectoral y, más abundante, en las axilas y
en la zona púbica.
La
extirpación de los testículos en la pubertad hace que no se desarrollen ninguna
de las características sexuales secundarias en el varón (Eunucoidismo), ya que
se extrae la fuente de testosterona del individuo, además no existe la
producción de espermios por lo que el individuo queda infértil.
Regulación hormonal. El funcionamiento de los testículos está controlado
por una glándula cuyo nombre es adenohipófisis. Esta
glándula ubicada en la base del cerebro, produce dos hormonas: la hormona folículo estimulante (HFE), que
regula la producción de espermatozoides y la hormona luteinizante (HL) que controla la producción de la
testosterona.
La
producción de espermatozoides en el hombre está regulada por la acción de
hormonas, que se mantiene constante desde la pubertad hasta la edad adulta.
Epidídimo.
Es el órgano
conformado por un tubo enrollado cuya longitud aproximada es de 7
centímetros. Se encuentra unido a los testículos por detrás de ellos y su
función es e1 almacenar temporalmente los espermatozoides producidos en los
tubos seminíferos para permitirles que adquieran movilidad. Este proceso
se conoce con el nombre de capacitación, y
requiere que los espermatozoides permanezcan 18 horas en el epidídimo, para
completarse sólo cuando éstos ingresan al sistema reproductor femenino,
donde puede ocurrir la fecundación del óvulo.
Conductos deferentes.
Éstos son la
prolongación del tubo contenido en el epidídimo. Su función es almacenar los
gametos masculinos y transportarlos desde el testículo hasta otra porción
tubular denominada uretra.
Uretra.
Es un
conducto que transporta los espermatozoides desde los conductos deferentes
hasta el pene, para permitir su excreción.
La uretra es
también el conducto por el que se elimina la orina.
Vesículas seminales.
Son dos
glándulas que vierten a los conductos deferentes el semen, líquido viscoso en el que
flotan los espermatozoides. El semen contiene agua y nutrientes como la fructosa, un tipo de azúcar que
sirve de fuente energética para posibilitar el movimiento de los
espermatozoides en su camino hacia el óvulo femenino.
Próstata.
Se denomina
así a una glándula que segrega sustancias específicas, las cuales, al mezclarse
con el semen producido por las vesículas seminales, favorece la supervivencia
de los espermatozoides una vez que ingresan al sistema reproductor femenino y
ocurre la fecundación del óvulo.
Pene.
El pene es
el órgano copulador por el cual los espermatozoides son depositados en la
vagina. Está formado por un tejido esponjoso que al llenarse de sangre se
separa del cuerpo en un proceso denominado erección. El pene erecto tiene la posibilidad reproductiva de
introducir los espermatozoides del varón dentro del sistema reproductor
femenino, función que se realiza durante elacto sexual o Cópula.
En la
capacidad de introducir espermas no tiene ninguna influencia el tamaño del
pene.
Respecto a
este punto, no existe ninguna encuesta científica ni estudio que indique algún
tamaño como promedio ni menos como ideal, habiendo algunos de pocos centímetros
hasta otros de quince o dieciséis. No existe tampoco ninguna correlación
entre el tamaño del pene en estado de flaccidez y su estado de erección. Esto
significa que un pene pequeño puede alcanzar, proporcionalmente, mayor longitud
que otro de más tamaño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario